LECTURA EN FAMILIA
Apreciadas familias, este es un maravilloso espacio
para reflexionar y promover la lectura como elemento fundamental de unión
familiar. Por favor lea este excelente cuento (Papás e hijos) y dejen su
comentario en el foro que aparece en Moodle.
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EL
ÁRBOL DE LAS MANZANAS
Hace
mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo apreciaba
mucho y todos los días jugaba a su alrededor. Trepaba por el árbol, y le daba
sombra. El niño amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el
pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
“¿Vienes a jugar conmigo?”. Pero el muchacho contestó: “Ya no soy el niño de
antes que jugaba alrededor de enormes árboles.
Lo
que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos”. “Lo siento,
dijo el árbol, pero no tengo dinero… pero puedes tomar todas mis manzanas y
venderlas. Así obtendrás el dinero para tus juguetes”. El muchacho se sintió
muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser
feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol
volvió a estar triste.
Tiempo
después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: “¿Vienes a
jugar conmigo?”. “No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia.
Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?”. “Lo
siento, no tengo una casa, pero… puedes cortar mis ramas y construir tu casa”. El
joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol,
pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y
solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba
encantado. “Vienes a jugar conmigo?”, le preguntó el árbol.
El
hombre contestó: “Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar
y descansar. ¿Puedes darme uno?”. El árbol contestó: “Usa mi tronco para que
puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz”. El hombre cortó el
tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo.
Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho,
pero ya no tenga nada que darte, ni siquiera manzanas”.
El
hombre replicó: “No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar… ahora ya
estoy viejo. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy
tan cansado después de tantos años…”. Entonces el árbol, con lágrimas en sus
ojos, le dijo: “Realmente no puedo darte nada… lo único que me queda son mis
raíces muertas, pero las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para
recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa”. El hombre se sentó
junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.
Esta
puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres.
Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá… Cuando crecemos los
dejamos… Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas…
No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan
y hacernos felices. Parece que el muchacho es cruel contra el árbol… pero es
así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres.
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EL HALCÓN QUE NO VOLABA
Cierto día, un rey recibió dos pequeños halcones
como regalo y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase para la
caza. Pasados unos meses, el maestro informó al rey de que uno de los halcones
no se movía de la rama del árbol en que lo habían dejado, a pesar de que el
otro ya volaba perfectamente.
El rey mandó llamar a sanadores, cazadores,
cetreros y curanderos para que observasen al halcón, pero ninguno de ellos pudo
hacer volar al ave, que, tras muchos intentos por parte de sabios y expertos,
continuaba inmóvil en la rama.
Casi desesperado, el rey prometió una recompensa a
la persona que hiciera volar al ave. A la mañana siguiente vio con sorpresa a
los dos halcones volando por los jardines velozmente. El rey ordenó que
llevasen ante él de inmediato al responsable de tal prodigio y, asombrado,
comprobó que no era sino un campesino. El rey le preguntó:
- ¿Cómo lograste hacer que mi halcón volase?
El campesino, algo intimidado, respondió:
- Fue fácil, mi señor. Corté la rama del árbol, el
halcón se dio cuenta de que tenía alas y voló.
ACTIVIDAD “La máscara de la muerte roja” Edgar Allan Poe
1. Especifica el conflicto o problema de la trama.
2. Saca 20 palabras claves y póngale un sinónimo y un antónimo a cada una de ellas.
3. Relaciona la historia con sucesos reales. Argumenta.
1. Especifica el conflicto o problema de la trama.
2. Saca 20 palabras claves y póngale un sinónimo y un antónimo a cada una de ellas.
3. Relaciona la historia con sucesos reales. Argumenta.
4. ¿Quién es el narrador de la historia?
5. Menciona los personajes y descríbalos
física y Psicológicamente.
6. El tiempo ¿Cuánto dura la historia?
Argumenta
7. Cuál es el lugar donde ocurre la acción.
8. Temas principales
9. Temas secundarios
9. Temas secundarios
10. ¿Cuáles eran los síntomas que presentaban
los enfermos? Argumenta.
11. ¿Cuál es el tiempo histórico y
cronológico en el que se desarrolla la historia? Argumenta.
12. ¿Cuántos salones tenía el palacio y describa como era el último de ellos?
Argumenta.
13. Valoración personal de la obra, tus interpretaciones con citas del texto. 10 renglones.
13. Valoración personal de la obra, tus interpretaciones con citas del texto. 10 renglones.
14.
Realización del resumen del texto. 15
renglones
15.
Cuenta la historia a través de imágenes
(en Power Point). Este punto tiene nota
individual.
Facebook, Twitter y juegos son más adictivos que los cigarrillos o el alcohol
Tan sólo en 2011 se reportó un incremento de 82% en el tiempo destinado al uso de redes sociales tales como Facebook, MySpace y Twitter, hecho que disparó alerta por los efectos nocivos que estas redes sociales ocasionan en los seres humanos.
Además de la adicción y las distracciones que causan en los centros de trabajo, las redes sociales tienen un impacto negativo en las habilidades cognitivas y en la salud de los individuos, y representan graves riesgos para la seguridad de los datos privados de las personas, reconoció el grupo de especialistas reunidos en Suiza.
Agregaron que la excesiva exposición a estos medios ha generado, irónicamente, personas más antisociales, por lo que es común que los usuarios extremos eviten la interacción cara a cara o la afronten de manera incómoda.
Entre otros aspectos negativos se señalaron en el foro la enorme cantidad de tiempo que se desperdicia al estar pendiente de la actividad online de los amigos; la amplificación del cyber-bulling entre compañeros, y cómo la interacción rápida y escueta sustituye cada vez más a la argumentativa y sustancial.
Por su parte, el director del Departamento de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Iberoamericana Tijuana (Ibero), Salvador Olvera destacó que los jóvenes empiezan a tener un total desapego de sus familias por dedicar la mayor parte del día a las redes sociales.
Algunas de las señales a las que los padres deben poner atención y que pueden hablar de que ya hay una adicción a Internet y a las redes sociales son: los jóvenes empiezan a dejar de hacer sus trabajos escolares, se ponen ansiosos si pasan muchas horas alejados de la computadora o presentan desvelo, fatiga y cansancio por su uso.
Las soluciones
Los expertos reunidos en el Foro Económico Mundial enlistaron una serie de medidas para paliar este problema que va en aumento.
Coincidieron en la necesidad de que en los centros educativos se enseñen los pros y contras del uso de las redes sociales en Internet, así como la creación de grupos de apoyo para personas que reconozcan conductas patológicas derivadas del uso constante de sitios como Facebook, MySpace y Twitter.
De igual forma se mencionó la posibilidad de crear herramientas para deshabilitar la conectividad a la red por periodos de tiempo predeterminados para, eventualmente, ayudar a combatir la adicción a las redes sociales.
Pese a esto, los renombrados panelistas aseguraron que, en una perspectiva más general, las redes sociales son el "bien social" de Internet, y que con el paso del tiempo surgirá una especie de Darwinisimo que guiará a este nuevo fenómeno hacía un equilibrio.
También se subrayó que como parte de la solución a este problema, se debe trabajar con los padres de familia, ya que muchos de ellos también como parte de sus trabajos o sus relaciones personales interactúan demasiado a través de las computadoras.
Por otra parte las redes sociales han irrumpido con fuerza en nuestras vidas es una realidad innegable, sin embargo, ¿puede suceder que nos traigan complicaciones a nuestras vidas? ¿Será que una persona puede volverse adicto a las redes sociales?
Hace poco tiempo hablábamos del peligro que existía en el mundo laboral moderno a causa de las redes sociales y la información que allí se maneja, algunos han sido despedidos por compartir ciertos datos que sus empleadores consideraron inoportunos y otros por el solo hecho de estar abiertos a otra clase de empleo, imaginen si las redes sociales además fueran adictivas.
Pensar que es imposible no es una opción, porque en efecto Facebook y Twitter pueden convertirse en motivo de desvelo para muchos usuarios, la adicción en el mundo de estas redes sociales es posible y prueba de ello son las horas que una persona pierde durante su día revisando actualizaciones de otros contactos, esperando una nueva imagen de otro usuario, o actualizando el propio perfil, para quien tenía dudas al respecto, les venimos a confirmar que Facebook y Twitter pueden ser adictivas, aún más que el alcohol y el tabaco.
Todos los excesos se consideran malos o perjudiciales para el ser humano, la utilización moderada de las redes sociales no debería representar problema alguno, pero qué sucede si no puedes evitarlo, si el impulso de revisar las actualizaciones en Facebook o Twitter es más fuerte que tu propia voluntad ¿eres adicto a las redes sociales?
Según un estudio realizado por la Booth School of Business de la Universidad de Chicago, las redes sociales más populares, Facebook y Twitter, causan más adicción en los usuarios que el tabaco o el alcohol. Para llegar a esta conclusión, se realizaron 250 encuestas acerca de los deseos diarios de los usuarios y al parecer dominaron los impulsos por las redes sociales.
Muchas veces se habla de los peligros que acarrea el uso de redes sociales, sobre todo para los más jóvenes, sin embargo, en pocas ocasiones se reparó en esta cuestión ¿podrías tú ser adicto a Facebook o Twitter? ¿Crees que es momento de acudir con un especialista para tratar tu adicción? Esperamos que puedas dominar tus impulsos, después de todo, la vida existía antes de Facebook y Twitter, o… eso creo.
ACTIVIDAD PARA REALIZAR EN EL CUADERNO
1. ¿Qué opinas sobre la tesis planteada en el artículo, y el alarmante riesgo que tienen los jóvenes de ser adictos a las redes sociales? Argumenta. 5 renglones.
2. Mencione las consecuencias de usar redes sociales y juegos en clase. Argumenta en 5 renglones
3. ¿Cuáles son los aspectos que consideras que los jóvenes deben tener en cuenta para evitar el uso de redes sociales y juegos en clase? Argumenta. 5 renglones.
4. ¿Cómo influye el facebook en los estudios, vida social, laboral, familiar de los jóvenes. Argumenta.
5. De qué manera se ve afectado la el rendimiento académico a causa de los juegos online?
6. Cuáles son las causas que impulsan a la juventud a utilizar juegos, redes sociales y de qué manera se puede evitar esta situación en el colegio? Argumenta en 8 renglones.
7. ¿Has jugado y utilizado redes sociales en el colegio? Si- no – ¿Por qué?, es esto malo para tu proceso académico? Argumenta 5 renglones.
8. ¿Qué harías para que en el colegio los estudiantes dejen estos malos hábitos? Argumenta
9. El facebook te ha alejado del éxito académico en algún momento? Argumenta 5 líneas.
10. Opinión personal a favor o en contra del tema. (15 renglones)
11. Ponga un sinónimo y un antónimo a cada una de las palabras en negrita
12. Realiza una historieta de 8 cuadros, donde muestres lo peligroso que es el mal uso de los juegos y redes sociales en el colegio.
13. Elabore un resumen de la lectura anterior.
14. Realice una presentación en Power Point, acerca del tema en mención. (Incluye toda la información de la guía. 10 diapositivas. (Este punto es una nota individual.)
TALLER ANÁLISIS “CADENA DE FAVORES”
1- Elementos de análisis:
Personajes: anota
el nombre de los personajes principales que aparecen en la película y
realiza una descripción física y psicológica de ellos.
2- ¿Cuál es el tema principal de la película?
3- Menciona tres problemáticas actuales que se puedan evidenciar en la película y qué harías para mejorar estos hachos.
4- Realiza un texto a partir de las siguientes palabras (15 líneas).
- Paz
- Generosidad
- Solidaridad
- Ayuda
- Utopía
- Cambio
- Autorrealización
- Respeto
- Esfuerzo
- Cadena
-Altruismo
-Eufemismo
5- Trevor piensa
“Creo que hay personas que tienen miedo….el mundo es duro para los que
se dan por vencidos. Hay que cuidar a la gente, quererla y protegerla”
¿Estás de acuerdo? Si- no ¿Por qué?
6- Como a Trevor a ti se te ocurre una idea para mejorar tu colegio, tu barrio, tu ciudad, tu país? Cual idea (sustenta)
7- Cuál fue la escena de la película que más le llamó la atención y por qué?
8- Cuál personaje de la película le gustó más y por qué?
9- Como podemos
relacionar la película “Cadena de Valores” con el valor de la Paz? ¿Tú
eres sembrador de paz? Sustenta tu respuesta.
10- ¿Has ayudado a alguien en alguna situación? ¿Cómo fue esa ayuda? ¿Qué sentiste? ¿Recibiste algo a cambio?
11- Elabore un cuadro de valores y antivalores para cada uno de los personajes de la película
12- Qué aporte le deja la película para su vida personal, familiar y social?
COMPRENSIÓN DE LECTURA
Lea detenidamente el siguiente texto y responda las preguntas que aparecen al final.
Yo andaba investigando la muerte del Jon.
Las huellas, luego de contornear todo el pueblo, me llevaron hasta la pequeña casa junto al río, casi perdida entre los juncos.
No hacía frío, pero igual me subí las solapas del abrigo y hundí las manos en los bolsillos.
Subí cinco escalones no muy seguros, empujé la puerta, entré. Jaulas, pajareras por todas partes. De fabricación casera. Pájaros de colores: cotorras, cardenales, pechos colorados, canarios. Pájaros grises, pájaros marrones. Grandes y chicos. Avancé: fue como entrar en una nube de píos, trinos, gorjeos. Y de olor denso, cálido.
De entre dos pajareras salió el hombre. Tricota agujereada, cabeza blanca. Ojos curiosamente grandes y claros en el rostro ceniciento, lleno de arrugas; un rostro muy gastado, pero abierto, cordial.
- Hace tres días... - empecé.
Y me detuve. Me miró por un momento. Miró al piso, volvió a mirarme. Ya nos estábamos entendiendo.
- ¿Amigo suyo?
- Asentí.
- ¿Sabe lo que..., lo que le pasó?
Volví a asentir.
- Me lo imagino. Sé que estaba muy enfermo.
Me acercó una silla de paja. Él se sentó en un cajón vacío.
- Ahora que lo pienso - se rascó la cabeza -, quizás debí decírselo a la policía. Pero cuando sucedió no me pareció necesario. No hubieran comprendido nada; usted me entiende.
- Por supuesto.
- Ya todos me creen loco, sin necesidad de un cuento semejante - sacudió la cabeza, tenía las manos sobre las rodillas flacas; manos de dedos largos, delicados-. Además, ¿por qué habría de elegir mi casa para morir? El comisario no lo entendería nunca. Claro, podía haber ido al médico. O a ver al cura. Pero no, tuvo que caminarse toda la distancia hasta aquí.
Yo sólo sabía que el Jon estaba muerto. Lo dejé hablar.
- Aunque creo saber por qué me eligió a mí, al "Churrinche", el loco "Churrinche", el pajarero... Él sabía que yo era el único en todo el pueblo que lo dejaría morir tranquilo y sin preguntas. De tanto andar con animales uno termina por amigarse, por entender a todo lo vivo, venga de donde venga...
Me miró con los ojos claros: tenían algo de charcos de agua quieta. Yo hubiera hecho lo mismo que el Jon.
- Claro, al principio me tomó por sorpresa; yo no estaba preparado para verlo. Llegó del lado del río, lo sentí chapotear en el juncal; cuando subió los escalones creí que era José o el Negro, o cualquiera de los vagabundos de siempre. Tardó en entrar, el último escalón le costó mucho trabajo; pensé que estaría borracho, no le hice caso. Pero, al llegar a la puerta se apoyó en el marco, y recién entonces me di cuenta al verle la mano, tan verde y con los siete dedos.
Se levantó, fue hasta un brasero donde temblaba una pava.
- ¿Un matecito?
- Dije que sí con la cabeza.
- Estaba que se caía - mientras hablaba puso yerba en un jarrito enlozado -. Me di cuenta de que se moría, pero no quiso que lo acostara; insistió en sentarse ahí, donde está usted. Y se quedó medio caído, los ojos cerrados.
- Sé que eres amigo - me dijo de pronto, marcando mucho las letras -. Por eso hice toda la distancia hasta aquí...Sé que cuidas pájaros... Por eso vine.
"- ¿Por los pájaros? - le pregunté.
"- Sí... Quiero pedirte un favor... ¿Podrías prestarme uno, uno cualquiera, hasta... hasta que no lo necesite más?
“Contesté que sí y le traje a la Manolita, la cotorra, que es la más mansita de todas. Se la ofrecí.
"- Gracias... - la mano le tembló cuando le puse el pájaro. Y Manolita se quedó tan quieta, tan cómoda entre los siete dedos -. Gracias... No tienes idea, pajarero, cómo tus pájaros se parecen a los sicalos nuestros... Son tan iguales...
"Le costó levantar la mano pero igual se tomó el trabajo, quería ver bien a Manolita.
" - Si uno sabe mirar, un solo pájaro..., un solo sicalo..., resume todas las bellezas de los mundos...
"Yo no decía nada, me daba tanta pena verlo respirar tan mal; además, cuando uno anduvo mucho entre animales sabe en seguida cuándo alguno se muere, así sea un perro o una persona o..."
El pajarero me tendió el humeante jarrito. Lo tomé con cuidado, para no quemarme.
- Su amigo apoyaba ahora la mano en la mesa, y no dejaba de mirar a la cotorra. Y volvió a hablar:
"- El pájaro..., el sicalo... es los días perdidos, es la infancia... Cuidar un pájaro es revivir la infancia... Por eso tú, pajarero, cuidas pájaros... No quieres desprenderte de la infancia...
"- No lo sé - le dije por decir algo -. Pero... ¿y los chicos que cuidan pájaros?
"- Los chicos que cuidan pájaros... Tienes razón... Los chicos no pueden recordar la infancia... - hizo una pausa, se quedó mirando largamente a la cotorra, que seguía quietecita en su mano; y de pronto agregó: - Los chicos que cuidan pájaros están recordando, reviviendo, sin saberlo, los días perdidos, la infancia de la especie...
"Volvió a callar, siguió mirando a Manolita. Y mirando, también, vaya uno a saber qué imágenes de otros tiempos, de otros lugares.
" - ¿Quiere agua?¿Está realmente cómodo?
"No me contestó.
"Afuera se acababa la tarde igual que ahora.
"Pensé que alguno podría venir, la sorpresa que se llevaría al verlo allí.
"Manolita se alborotó de pronto, aleteó, se me vino hasta el hombro.
"La mano verde seguía igual, apoyada sobre la mesa.
"No tuve que tocarlo para saber que ya estaba muerto.
"Cavé una fosa en el albardón, lo enterré en el mismo lugar donde entierro a los pájaros que se me mueren.
"Y allí está ahora. Pensé ponerle una cruz, pero no... ¿Qué mejor cruz para él que la misma de los pájaros, el sol de cada día?" Me levanté. Ya sabía todo lo que quería sobre la muerte del Jon.
- Gracias - le devolví el jarrito enlozado.
El Jon, después de todo, había tenido una muerte buena.
El pajarero se levantó también.
- ¿Eran muy amigos?
- Mucho.
Me tendió la mano.
Vacilé un momento, le tendí la mía.
Sonrió al sentir la presión de los siete dedos. Me dio una palmada en el hombro, me acompañó hasta la puerta.
Bajé los escalones, me fui por el juncal.
Ya había estrellas. Pero no, el Gelo no se veía. Demasiado distante.
Aunque no está tan lejos, pensándolo bien.
Un pájaro nocturno pasó volando bajo, en vuelo silencioso.
¿Un pájaro o un sicalo?
Vocabulario:
Tricota: pulóver de lana.
Ceniciento: del color de la ceniza.
Albardón: loma que sobresale de las costas explayadas, o entre lagunas o charcos.
Gelo: planeta inventado por Oesterheld, que también aparece en otros textos del autor.
Actividades:
Respondan las siguientes preguntas:
1) ¿Cuál es el primer elemento extraño que aparece en el cuento?
2) Cuál es la actitud del pajarero hacia el Jon?
3) ¿Por qué tiene esa actitud?
4) ¿Qué revela el cuento hacia el final, respecto del amigo de Jon? ¿Cómo lo hace?
5) ¿Por qué afirma el pajarero que la policía no hubiera entendido nada?
5)¿Cuáles son los indicios mediante los cuales se muestra el momento en el que Jon muere?
6) La palabra “sicalo”, al igual que el “planeta Gelo”, han sido inventados por Oesterheld, tal vez con la intención de crear de manera ficticia un mundo alternativo al que nos rodea. Escriba la definición de “sicalo” para un diccionario imaginario. En el cuento hay muy poca información acerca de los sicalos; ténganla en cuenta a la hora de escribir esta definición. Además deberán inventar otros datos referidos a cuestiones tales como: dónde viven los sícalos, de qué se alimentan, qué función cumplen en Gelo, etc.
7)
*¿Qué significado tiene el título?
*¿Qué relación guarda el titulo con el contenido de la narración?
*¿De qué trata la narración? Resúmelo.
*¿Cuál es la idea central de la narración?
*¿Encuentras otros temas además del principal?
*¿Qué clase de narración es: política, fantástica, de misterio, realista, costumbrista, humorística, satírica? Argumenta
*¿Los personajes son reales o simbólicos y por qué?
*¿Descríbelos?
*¿Dónde y cuándo sucede la acción?
*¿Es una atmósfera de misterio, de paz, violenta, angustiosa? Argumenta
* ¿Qué persona gramatical lo narra?
*¿Cómo es la actitud del autor: humorística, satírica, didáctica, dramática?
*Uso del vocabulario sencillo o rebuscado.
*Presencia de las figuras del lenguaje, Cuáles.
*¿Cuáles son los valores que destaca la obra: estéticos, sociales, morales o religiosos? Argumenta
*¿Consideras que tenga algún fallo?
Cambia el final del cuento sin perder la trama (10 renglones)
8) Invéntate una historia diferente con la imagen del inicio de la guía. ( una pág.)
El circo de las mariposas
Cortometraje CUESTIONARIO
1. INTERPRETA EL SIGNIFICADO DE ESTAS FRASES
• “Pero ellos son raros” Sammy
• ”Eres magnífico” Sr. Méndez
• “Aquí no hay un circo de curiosidades” Sr. Méndez
• “Tú puedes hacer todo lo que quieras” Sr. Méndez
• “La belleza que puede venir de las cenizas” Sr. Méndez
• “Yo digo que te han dejado ir demasiado pronto” Sr. Méndez
• “Mientras mayor es la lucha más glorioso es el triunfo” Sr. Méndez
• Escribe otra frase que te haya parecido interesante...........
2. EN EL CIRCO DE VARIEDADES
• ¿Qué palabras utiliza el showman al presentar a las personas del Show de rarezas y curiosidades?
• Cómo ven a Will, el “hombre sin extremidades”?, el público, ¿cómo lo ve?
• ¿Qué se mira en este espectáculo?
• ¿Qué has sentido al ver esta parte del vídeo? Argumenta
• ¿Alguna vez te has sentido como las personas que forman parte de este show? Argumenta
• ¿Has mirado en alguna ocasión de este modo a las personas con las que convives?, ¿y a otras personas que no conoces? Si- no porque ; Argumenta
• Los demás, ¿cómo crees que te miran a ti? Argumenta - ¿Alguna vez te has sentido como las personas que forman parte de este show? Argumenta
3-. EN EL CIRCO DE LAS MARIPOSAS
• ¿Por qué crees que tiene este nombre? Argumenta
• ¿Qué palabras utiliza Méndez para presentar a los miembros de su circo?
• ¿Cómo ven a Will los miembros del circo? ¿y el público? Argumenta
• ¿Qué valores y sentimientos puedes ver entre las personas del circo? Argumenta
• ¿Por qué abraza a Will el niño de las muletas?, y su madre ¿por qué le da las gracias? Argumenta
• ¿Por qué Will se siente bien en el Circo? Argumenta
• ¿Qué siente Will cuando ve que puede andar y nadar? Argumenta
• ¿Alguna vez te has sentido como si formaras parte del Circo de las Mariposas? Argumenta, ¿Cuándo? Argumenta
La oruga se convierte en mariposa ¿qué significado puede tener en el vídeo que has visto? Argumenta
• En tu vida con qué te identificas mejor, ¿con la oruga metida en su capullo o con la mariposa?, ¿con qué crees te identifican más tus amigos, tu familia? Argumenta
¿Interpreta el siguiente diálogo?
Mendez - No te parece esplendido? la manera en la cual se mueven... llenos de vigor, color y gracia... Son sorprendentes. Pero tu... Maldito desde tu nacimiento. Un hombre, si se lo puede llamar así. A quien hasta Dios le dio la espalda.
Will - Pare. Por qué dice eso?
Mendez - Porque tu lo crees. Pero si pudieras ver la belleza que surge de las cenizas...
Will - Pero ellos son diferentes a mí.
Mendez - Sí, tú tienes una ventaja. Mientras más grande sea la lucha, más grande será el triunfo.
4- Realiza un escrito donde plasmes alguna situación adversa, como lo has afrontado y solucionado (una página)
LEA Y RESPONDA EN EL CUADERNO
El gato negro- Edgar Allan Poe
Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Mi inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin comentarios, una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de esclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror; pero a muchas personas les parecerán menos terribles que barrocos. Tal vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato con terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos.
La docilidad y humanidad de mi carácter sorprendieron desde mi infancia. Tan notable era la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de mis amigos. Sentía una auténtica pasión por los animales, y mis padres me permitieron poseer una gran variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lo pasaba con ellos, y nunca me consideraba tan feliz como cuando les daba de comer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de mi carácter, y cuando fui un hombre hice de ella una de mis principales fuentes de gozo. Aquellos que han profesado afecto a un perro fiel y sagaz no requieren la explicación de la naturaleza o intensidad de los gozos que eso puede producir. En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.
Me casé joven. Tuve la suerte de descubrir en mi mujer una disposición semejante a la mía. Habiéndose dado cuenta de mi gusto por estos favoritos domésticos, no perdió ocasión alguna de proporcionármelos de la especie más agradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, un magnífico perro, conejos, un mono pequeño y un gato.
Era este último animal muy fuerte y bello, completamente negro y de una sagacidad maravillosa. Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa, hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creencia popular que consideraba a todos los gatos negros como brujas disimuladas. No quiere esto decir que hablara siempre en serio sobre este particular, y lo consigno sencillamente porque lo recuerdo.
Plutón—llamábase así el gato—era mi amigo predilecto. Sólo yo le daba de comer, y adondequiera que fuese me seguía por la casa. Incluso me costaba trabajo impedirle que me siguiera por la calle.
Nuestra amistad subsistió así algunos años, durante los cuales mi carácter y mi temperamento—me sonroja confesarlo—, por causa del demonio de la intemperancia, sufrió una alteración radicalmente funesta. De día en día me hice más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos. Empleé con mi mujer un lenguaje brutal, y con el tiempo la afligí incluso con violencias personales. Naturalmente, mi pobre favorito debió de notar el cambio de mi carácter. No solamente no les hacía caso alguno, sino que los maltrataba. Sin embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba en mí la consideración suficiente para no pegarle. En cambio, no sentía ningún escrúpulo en maltratar a los conejos, al mono e incluso al perro, cuando, por casualidad o afecto, se cruzaban en mi camino. Pero iba secuestrándome mi mal, porque, ¿qué mal admite una comparación con el alcohol? Andando el tiempo, el mismo Plutón, que envejecía y, naturalmente se hacía un poco huraño, comenzó a conocer los efectos de mi perverso carácter.
Una noche, al regresar a casa completamente ebrio, de vuelta de uno de mis frecuentes escondrijos del barrio, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo cogí, pero él, horrorizado por mi violenta actitud, me hizo en la mano, con los dientes, una leve herida. De mí se apoderó repentinamente un furor demoníaco. En aquel instante dejé de conocerme. Pareció como si, de pronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo, y una ruindad superdemoníaca, saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de mi ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, cogí al pobre animal por la garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo... Me cubre el rubor, me abrasa, me estremezco al escribir esta abominable atrocidad.
Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubieron disipado los vapores de mi crápula nocturna, experimenté un sentimiento mitad horror, mitad remordimiento, por el crimen que había cometido. Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y el alma no sufrió sus acometidas. Volví a sumirme en los excesos, y no tardé en ahogar en el vino todo recuerdo de mi acción.
Curó entre tanto el gato lentamente. La órbita del ojo perdido presentaba, es cierto, un aspecto espantoso. Pero después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta de ello. Según su costumbre, iba y venía por la casa; pero, como debí suponerlo, en cuanto veía que me aproximaba a él, huía aterrorizado. Me quedaba aún lo bastante de mi antiguo corazón para que me afligiera aquella manifiesta antipatía en una criatura que tanto me había amado anteriormente. Pero este sentimiento no tardó en ser desalojado por la irritación. Como para mi caída final e irrevocable, brotó entonces el espíritu de perversidad, espíritu del que la filosofía no se cuida ni poco ni mucho.
No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esas indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter del hombre... ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla? ¿No tenemos una constante inclinación, pese a lo excelente de nuestro juicio, a violar lo que es la ley, simplemente porque comprendemos que es la Ley?
Digo que este espíritu de perversidad hubo de producir mi ruina completa. El vivo e insondable deseo del alma de atormentarse a sí misma, de violentar su propia naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me impulsaba a continuar y últimamente a llevar a efecto el suplicio que había infligido al inofensivo animal. Una mañana, a sangre fría, ceñí un nudo corredizo en torno a su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él. Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía un pecado, un pecado mortal que comprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fuera posible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible y misericordioso Dios.
En la noche siguiente al día en que fue cometida una acción tan cruel, me despertó del sueño el grito de: "¡Fuego!" Ardían las cortinas de mi lecho. La casa era una gran hoguera. No sin grandes dificultades, mi mujer, un criado y yo logramos escapar del incendio. La destrucción fue total. Quedé arruinado, y me entregué desde entonces a la desesperación.
No intento establecer relación alguna entre causa y efecto con respecto a la atrocidad y el desastre. Estoy por encima de tal debilidad. Pero me limito a dar cuenta de una cadena de hechos y no quiero omitir el menor eslabón. Visité las ruinas el día siguiente al del incendio. Excepto una, todas las paredes se habían derrumbado. Esta sola excepción la constituía un delgado tabique interior, situado casi en la mitad de la casa, contra el que se apoyaba la cabecera de mi lecho. Allí la fábrica había resistido en gran parte a la acción del fuego, hecho que atribuí a haber sido renovada recientemente. En torno a aquella pared se congregaba la multitud, y numerosas personas examinaban una parte del muro con atención viva y minuciosa. Excitaron mi curiosidad las palabras: "extraño", "singular", y otras expresiones parecidas. Me acerqué y vi, a modo de un bajorrelieve esculpido sobre la blanca superficie, la figura de un gigantesco gato. La imagen estaba copiada con una exactitud realmente maravillosa. Rodeaba el cuello del animal una cuerda.
Apenas hube visto esta aparición—porque yo no podía considerar aquello más que como una aparición—, mi asombro y mi terror fueron extraordinarios. Por fin vino en mi amparo la reflexión. Recordaba que el gato había sido ahorcado en un jardín contiguo a la casa. A los gritos de alarma, el jardín fue invadido inmediatamente por la muchedumbre, y el animal debió de ser descolgado por alguien del árbol y arrojado a mi cuarto por una ventana abierta. Indudablemente se hizo esto con el fin de despertarme. El derrumbamiento de las restantes paredes había comprimido a la víctima de mi crueldad en el yeso recientemente extendido. La cal del muro, en combinación con las llamas y el amoníaco del cadáver, produjo la imagen tal como yo la veía.
Aunque prontamente satisfice así a mi razón, ya que no por completo mi conciencia, no dejó, sin embargo, de grabar en mi imaginación una huella profunda el sorprendente caso que acabo de dar cuenta. Durante algunos meses no pude liberarme del fantasma del gato, y en todo este tiempo nació en mi alma una especie de sentimiento que se parecía, aunque no lo era, al remordimiento. Llegué incluso a lamentar la pérdida del animal y a buscar en torno mío, en los miserables tugurios que a la sazón frecuentaba, otro favorito de la misma especie y de facciones parecidas que pudiera sustituirle.
Hallábame sentado una noche, medio aturdido, en un bodegón infame, cuando atrajo repentinamente mi atención un objeto negro que yacía en lo alto de uno de los inmensos barriles de ginebra o ron que componían el mobiliario más importante de la sala. Hacía ya algunos momentos que miraba a lo alto del tonel, y me sorprendió no haber advertido el objeto colocado encima. Me acerqué a él y lo toqué. Era un gato negro, enorme, tan corpulento como Plutón, al que se parecía en todo menos en un pormenor: Plutón no tenía un solo pelo blanco en todo el cuerpo, pero éste tenía una señal ancha y blanca aunque de forma indefinida, que le cubría casi toda la región del pecho.
Apenas puse en él mi mano, se levantó repentinamente, ronroneando con fuerza, se restregó contra mi mano y pareció contento de mi atención. Era pues, el animal que yo buscaba. Me apresuré a proponer al dueño su adquisición, pero éste no tuvo interés alguno por el animal. Ni le conocía ni le había visto hasta entonces.
Continué acariciándole, y cuando me disponía a regresar a mi casa, el animal se mostró dispuesto a seguirme. Se lo permití, e inclinándome de cuando en cuando, caminamos hacia mi casa acariciándole. Cuando llegó a ella se encontró como si fuera la suya, y se convirtió rápidamente en el mejor amigo de mi mujer.
Por mi parte, no tardó en formarse en mí una antipatía hacia él. Era, pues, precisamente, lo contrario de lo que yo había esperado. No sé cómo ni por qué sucedió esto, pero su evidente ternura me enojaba y casi me fatigaba. Paulatinamente, estos sentimientos de disgusto y fastidio acrecentaron hasta convertirse en la amargura del odio. Yo evitaba su presencia. Una especie de vergüenza, y el recuerdo de mi primera crueldad, me impidieron que lo maltratara. Durante algunas semanas me abstuve de pegarle o de tratarle con violencia; pero gradual, insensiblemente, llegué a sentir por él un horror indecible, y a eludir en silencio, como si huyera de la peste, su odiosa presencia.
Sin duda, lo que aumentó mi odio por el animal fue el descubrimiento que hice a la mañana del siguiente día de haberlo llevado a casa. Como Plutón, también él había sido privado de uno de sus ojos. Sin embargo, esta circunstancia contribuyó a hacerle más grato a mi mujer, que, como he dicho ya, poseía grandemente la ternura de sentimientos que fue en otro tiempo mi rasgo característico y el frecuente manantial de mis placeres más sencillos y puros.
Sin embargo, el cariño que el gato me demostraba parecía crecer en razón directa de mi odio hacia él. Con una tenacidad imposible de hacer comprender al lector, seguía constantemente mis pasos. En cuanto me sentaba, acurrucábase bajo mi silla, o saltaba sobre mis rodillas, cubriéndome con sus caricias espantosas. Si me levantaba para andar, metíase entre mis piernas y casi me derribaba, o bien, clavando sus largas y agudas garras en mi ropa, trepaba por ellas hasta mi pecho. En esos instantes, aun cuando hubiera querido matarle de un golpe, me lo impedía en parte el recuerdo de mi primer crimen; pero, sobre todo, me apresuro a confesarlo, el verdadero terror del animal.
Este terror no era positivamente el de un mal físico, y, no obstante, me sería muy difícil definirlo de otro modo. Casi me avergüenza confesarlo. Aun en esta celda de malhechor, casi me avergüenza confesar que el horror y el pánico que me inspiraba el animal habíanse acrecentado a causa de una de las fantasías más perfectas que es posible imaginar. Mi mujer, no pocas veces, había llamado mi atención con respecto al carácter de la mancha blanca de que he hablado y que constituía la única diferencia perceptible entre el animal extraño y aquel que había matado yo. Recordará, sin duda, el lector que esta señal, aunque grande, tuvo primitivamente una forma indefinida. Pero lenta, gradualmente, por fases imperceptibles y que mi razón se esforzó durante largo tiempo en considerar como imaginaria, había concluido adquiriendo una nitidez rigurosa de contornos.
En ese momento era la imagen de un objeto que me hace temblar nombrarlo. Era, sobre todo, lo que me hacía mirarle como a un monstruo de horror y repugnancia, y lo que, si me hubiera atrevido, me hubiese impulsado a librarme de él. Era ahora, digo, la imagen de una cosa abominable y siniestra: la imagen ¡de la horca! ¡Oh lúgubre y terrible máquina, máquina de espanto y crimen, de muerte y agonía!
Yo era entonces, en verdad, un miserable, más allá de la miseria posible de la Humanidad. Una bestia bruta, cuyo hermano fue aniquilado por mí con desprecio, una bestia bruta engendraba en mí en mí, hombre formado a imagen del Altísimo, tan grande e intolerable infortunio. ¡Ay! Ni de día ni de noche conocía yo la paz del descanso. Ni un solo instante, durante el día, dejábame el animal. Y de noche, a cada momento, cuando salía de mis sueños lleno de indefinible angustia, era tan sólo para sentir el aliento tibio de la cosa sobre mi rostro y su enorme peso, encarnación de una pesadilla que yo no podía separar de mí y que parecía eternamente posada en mi corazón.
Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de bueno en mí. Infames pensamientos convirtiéronse en mis íntimos; los más sombríos, los más infames de todos los pensamientos. La tristeza de mi humor de costumbre se acrecentó hasta hacerme aborrecer a todas las cosas y a la Humanidad entera. Mi mujer, sin embargo, no se quejaba nunca ¡Ay! Era mi paño de lágrimas de siempre. La mas paciente víctima de las repentinas, frecuentes e indomables expansiones de una furia a la que ciertamente me abandoné desde entonces.
Para un quehacer doméstico, me acompañó un día al sótano de un viejo edificio en el que nos obligara a vivir nuestra pobreza. Por los agudos peldaños de la escalera me seguía el gato, y, habiéndome hecho tropezar la cabeza, me exasperó hasta la locura. Apoderándome de un hacha y olvidando en mi furor el espanto pueril que había detenido hasta entonces mi mano, dirigí un golpe al animal, que hubiera sido mortal si le hubiera alcanzado como quería. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe. Una rabia más que diabólica me produjo esta intervención. Liberé mi brazo del obstáculo que lo detenía y le hundí a ella el hacha en el cráneo. Mi mujer cayó muerta instantáneamente, sin exhalar siquiera un gemido.
Realizado el horrible asesinato, inmediata y resueltamente procuré esconder el cuerpo. Me di cuenta de que no podía hacerlo desaparecer de la casa, ni de día ni de noche, sin correr el riesgo de que se enteraran los vecinos. Asaltaron mi mente varios proyectos. Pensé por un instante en fragmentar el cadáver y arrojar al suelo los pedazos. Resolví después cavar una fosa en el piso de la cueva. Luego pensé arrojarlo al pozo del jardín. Cambien la idea y decidí embalarlo en un cajón, como una mercancía, en la forma de costumbre, y encargar a un mandadero que se lo llevase de casa. Pero, por último, me detuve ante un proyecto que consideré el mas factible. Me decidí a emparedarlo en el sótano, como se dice que hacían en la Edad Media los monjes con sus víctimas.
La cueva parecía estar construida a propósito para semejante proyecto. Los muros no estaban levantados con el cuidado de costumbre y no hacía mucho tiempo había sido cubierto en toda su extensión por una capa de yeso que no dejó endurecer la humedad.
Por otra parte, había un saliente en uno de los muros, producido por una chimenea artificial o especie de hogar que quedó luego tapado y dispuesto de la misma forma que el resto del sótano. No dudé que me sería fácil quitar los ladrillos de aquel sitio, colocar el cadáver y emparedarlo del mismo modo, de forma que ninguna mirada pudiese descubrir nada sospechoso.
No me engañó mi cálculo. Ayudado por una palanca, separé sin dificultad los ladrillos, y, habiendo luego aplicado cuidadosamente el cuerpo contra la pared interior, lo sostuve en esta postura hasta poder establecer sin gran esfuerzo toda la fábrica a su estado primitivo. Con todas las precauciones imaginables, me procuré una argamasa de cal y arena, preparé una capa que no podía distinguirse de la primitiva y cubrí escrupulosamente con ella el nuevo tabique.
Cuando terminé, vi que todo había resultado perfecto. La pared no presentaba la más leve señal de arreglo. Con el mayor cuidado barrí el suelo y recogí los escombros, miré triunfalmente en torno mío y me dije: "Por lo menos, aquí, mi trabajo no ha sido infructuoso".
Mi primera idea, entonces, fue buscar al animal que fue causante de tan tremenda desgracia, porque, al fin, había resuelto matarlo. Si en aquel momento hubiera podido encontrarle, nada hubiese evitado su destino. Pero parecía que el artificioso animal, ante la violencia de mi cólera, habíase alarmado y procuraba no presentarse ante mí, desafiando mi mal humor. Imposible describir o imaginar la intensa, la apacible sensación de alivio que trajo a mi corazón la ausencia de la detestable criatura. En toda la noche se presentó, y ésta fue la primera que gocé desde su entrada en la casa, durmiendo tranquila y profundamente. Sí; dormí con el peso de aquel asesinato en mi alma.
Transcurrieron el segundo y el tercer día. Mi verdugo no vino, sin embargo. Como un hombre libre, respiré una vez más. En su terror, el monstruo había abandonado para siempre aquellos lugares. Ya no volvería a verle nunca: Mi dicha era infinita. Me inquietaba muy poco la criminalidad de mi tenebrosa acción. Inicióse una especie de sumario que apuró poco las averiguaciones. También se dispuso un reconocimiento, pero, naturalmente, nada podía descubrirse. Yo daba por asegurada mi felicidad futura.
Al cuarto día después de haberse cometido el asesinato, se presentó inopinadamente en mi casa un grupo de agentes de Policía y procedió de nuevo a una rigurosa investigación del local. Sin embargo, confiado en lo impenetrable del escondite, no experimenté ninguna turbación.
Los agentes quisieron que les acompañase en sus pesquisas. Fue explorado hasta el último rincón. Por tercera o cuarta vez bajaron por último a la cueva. No me alteré lo más mínimo. Como el de un hombre que reposa en la inocencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí el sótano de punta a punta, crucé los brazos sobre mi pecho y me paseé indiferente de un lado a otro. Plenamente satisfecha, la Policía se disponía a abandonar la casa. Era demasiado intenso el júbilo de mi corazón para que pudiera reprimirlo. Sentía la viva necesidad de decir una palabra, una palabra tan sólo a modo de triunfo, y hacer doblemente evidente su convicción con respecto a mi inocencia.
—Señores—dije, por último, cuando los agentes subían la escalera—, es para mí una gran satisfacción haber desvanecido sus sospechas. Deseo a todos ustedes una buena salud y un poco más de cortesía. Dicho sea de paso, señores, tienen ustedes aquí una casa construida—apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso deseo de decir algo con aire deliberado—. Puedo asegurar que ésta es una casa excelentemente construida. Estos muros...¿Se van ustedes, señores? Estos muros están construidos con una gran solidez.
Entonces, por una fanfarronada frenética, golpeé con fuerza, con un bastón que tenía en la mano en ese momento, precisamente sobre la pared del tabique tras el cual yacía la esposa de mi corazón.
¡Ah! Que por lo menos Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio. Apenas húbose hundido en el silencio el eco de mis golpes, me respondió una voz desde el fondo de la tumba. Era primero una queja, velada y encontrada como el sollozo de un niño. Después, en seguida, se hinchó en un prolongado, sonoro y continuo, completamente anormal e inhumano, un alarido, un aullido, mitad horror, mitad triunfo, como solamente puede brotar del infierno, horrible armonía que surgiera al unísono de las gargantas de los condenados en sus torturas y de los demonios que gozaban en la condenación.
Sería una locura expresaros mis sentimientos. Me sentí desfallecer y, tambaleándome, caí contra la pared opuesta. Durante un instante detuviéronse en los escalones los agentes. El terror los había dejado atónitos. Un momento después, doce brazos robustos atacaron la pared, que cayó a tierra de un golpe. El cadáver, muy desfigurado ya y cubierto de sangre coagulada, apareció, rígido, a los ojos de los circundantes.
Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y llameando el único ojo, se posaba el odioso animal cuya astucia me llevó al asesinato y cuya reveladora voz me entregaba al verdugo. Yo había emparedado al monstruo en la tumba.
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
1. Describa psicológicamente a todos los personajes, al finalizar la historia.
2. ¿Cómo llama el narrador a los hechos que está relatando?
3. ¿Cuál es la terrible enfermedad que lo atormenta?
4. ¿Qué le hizo al gato negro?
5. ¿Qué significa la palabra infligir?
6. ¿Cómo es el personaje central de la historia? Descríbelo en cuanto a su conducta, sus sentimientos y sus inquietudes
7. Copia el argumento de la historia (en el cuaderno)
8. ¿Se sintió muy trastornado por sus horribles actos?
9. ¿Por qué antes no había atacado al gato negro?
10. ¿Qué imaginó antes de atacar al gato negro?
11. ¿Cómo describe el narrador a su esposa?
12. ¿Qué intención tiene la palabra “barrocos” dentro del relato.
13. Se podría decir que Pluto era un animal: si- no por que
14. ¿En qué tiempo ocurrió la acción? ¿Presente? ¿Pasado? Explica.
15. Saca los valores o antivalores del texto
16. ¿Qué tipo de narrador cuenta la historia?
17. Señala cuál es el tema e indica cómo se manifiesta (es decir, cómo nos damos cuenta de que ése es el tema)
18. Expliquen mediante tres ejemplos, por qué “El gato negro” es un cuento
19. Señala la corriente literaria (Romanticismo) y menciona 5 características románticas con ejemplos tomados del cuento.
20. Relaciona los hechos del cuento con situaciones reales y cotidianas.
21. Construyan un croquis en el que se representen los espacios físicos en los que se llevan a cabo los principales acontecimientos.
22. Expliquen qué es una metamorfosis. Ilustren, por etapas, la transformación que sufre el protagonista.
23. Comenten qué efectos causan el alcoholismo y la violencia del protagonista en su entorno.
24. Investiguen de dónde proviene el término violencia.
25. ¿Qué tipos de maltratos reciben las mujeres en la actualidad? ¿Existen leyes que las protejan? ¿Cuáles?
26. Dibuja la estructura del relato: Inicio (una línea horizontal), el desarrollo (dentro del desarrollo hay varios clímax pequeños: cuando encuentra al gato, cuando le saca un ojo, etc.). En esos puntos dibuja picos para señalarlos. Dibuja el clímax central con un pico más grande. ´Continúa con la línea horizontal hasta que llega la policía (pico pequeño), continúa la línea horizontal hasta que se escucha el alarido y termina con una línea diagonal hacia arriba.
Preguntas para analizar ”María” (Jorge Isaacs)
Actividad para realizar en el cuaderno
1.Busca y copia la biografía del autor.
2.Saca el argumento de la obra.
3.Saca mínimo 20 palabras claves.
4.TEMAS: (Arguméntalos con citas del texto)
Temas principales.
Temas secundarios.
5.Haz un esquema de los personajes principales y secundarios de la novela (descríbelos físicamente y psicológicamente).
6.Dónde se desarrollan la mayor parte de los hechos (describe detalladamente el lugar).
7.Cuál es el tiempo histórico de la novela.
8.Relaciona un hecho de la novela con un acontecimiento actual.
9.Valoración personal de la obra; tus interpretaciones con citas del texto.
10.Resumen de la novela.
11.Realiza un texto amanera de ensayo en el que plasmes tu punto de vista frente al amor.
ACTIVIDAD “El ahogado más hermoso del mundo” (responda en el cuaderno)
1-Saca mínimo 30 palabras desconocidas o poco usuales y copia su significado en el cuaderno.
2-Describa la transformación de Esteban desde la perspectiva de los habitantes del pueblo.
3-Enumera y copia los cambios ocurridos en el pueblo desde la llegada de Esteban.
4-Realiza un paralelo entre tener un muerto propio y uno desconocido.
5-Cómo era el pueblo antes de la llegada de Esteban.
6-Escriba paso a paso cada una de las etapas en las que se va creando esteban en el pueblo, inicie desde que era un promontorio.
7-Quienes encontraron el cuerpo en segundo lugar y que hicieron con él.
8-Cómo llega la fama del ahogado a otros lugares?
9-Cómo se sentían en el pueblo cuando echaron nuevamente a Esteban al mar?
10-Extrae los temas del cuento.
11-Saca el argumento.
12-Realiza un resumen del cuento.
13-Valoración personal del cuento ( 10 líneas)
14-Cambie el final del cuento sin perder la trama, 10 líneas.
Copia la siguiente información en el Diario de Lectura
¿Cómo escribir un cuento?
Definición: Etimológicamente la palabra “contar” evolucionó desde la enumeración de objetos a la de acontecimientos, hasta convertirse en un género literario. Es un discurso mediante el que se narra un suceso o una serie de sucesos; éstos pueden ser reales o ficticios o una simbiosis de ambos.
Se narra una historia a lo largo de una serie de sucesos concatenados que tienen un principio y un final. Las dos fuerzas que sostienen un cuento son los hechos narrados y la manera como el lector toma conocimiento de ellos. Se plantea un conflicto que genera una serie de acciones, previas y posteriores a él y que conducen al desenlace.
Situación Inicial //////Conflicto////// Acción Final
Preguntas que conducen a los componentes del cuento: ¿Qué cuenta?-------------Tema ¿De qué manera?--------Acción ¿Cuándo sucede?--------Tiempo ¿Dónde sucede?----------Lugar ¿A quién le ocurre?---Personajes ¿Quién lo cuenta?-----Narrador
Las partes del Cuento: El título-literal o simbólico El motivo- real o ficticio La idea central- explícita o implícita El punto de vista narrativo- omnisciente, protagonista, testigo u observador y multiperspectivismo El tono- irónico, cómico, nostálgico… La atmósfera El ambiente La estructura- lineal, artística o circular El tiempo- cronológico y/o vivencial Los personajes- dinámicos o estáticos
Personajes: caracteres: protagonista, antagonista, secundarios.
Dar a conocer los personajes: Describir sus acciones, gestos y actitudes. Definir su modo de hablar y sus ideas. Presentar sus reflexiones, valores, deseos y vicios. Describir su vestimenta, su físico, su espíritu, sus rituales. Hablar de cómo viven, dónde y con quiénes.
Clases de Comienzo: Presentar una particularidad del personaje, en su actuación o aspecto. Contar un hecho general para ir poco a poco a lo particular. Señalar un sentimiento. Ofrecer un hecho sorpresivo. Proveer un dato que presenta la primera acción.
Presentar una acción colectiva. Dar una referencia del lugar. Establecer el tiempo del desarrollo de los hechos.
Redacción del final: Dejar abierta la historia a la mente del lector. Utilizar un diálogo para exponer los hechos. Presentar una duda. Ofrecer un dato brusco e inesperado o sorpresivo. Resumir cómo terminó. Expresar un sentimiento. Destacar el hallazgo de un documento. Hacer una reflexión. Señalar algún detalle u obsesión.
Piensa en estas palabras:
¿Qué objeto podría llamarse Knox? Si fuera animal, ¿cómo sería? ¿Qué accidente geográfico sería? Si fuera una tela, ¿cómo sería? ( origen, diseño, textura ). Si fuera un movimiento literario, ¿en qué consistiría? ¿Cómo sería si fuera un género musical? ¿Y si fuera una persona? Edad, sexo, estado civil, profesión, nacionalidad, etc. Relaciona entre sí ambas palabras y escribe una historia.
ACTIVIDAD
Hagamos un cuento teniendo en cuenta todas las pautas anteriores (en Word) y enviarlo al correo: estidbueno@hotmail.com
Mínimo una página, máximo 3; Arial 12
Copia la siguiente información en el Diario de Lectura
Lea y responda
Borges y yo
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndolo todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Espinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
Responde en el cuaderno.
1.Saca la idea principal y dos secundarias.
2.Cuál es el tema del texto.
3.Qué narrador cuenta la historia.
4.En el texto, hay un claro uso de "yo" y "Borges". ¿Quién es el "yo" y quién es el "Borges"?
5.¿Qué cosas le gustan al "yo"? ¿Y a "Borges"?
6.¿Cuál de los dos "personajes" es vanidoso? ¿Cómo lo sabes?
7.Cuando menciona la literatura, se refiere a "las páginas". ¿Quién escribe esas "páginas" y a qué pertenecen?
8.¿Cuál de los dos "personajes" tiene una perversa costumbre de falsear y magnificar? ¿Se refiere el autor a la vida o a la literatura en esta frase?
9.¿Quién escribió este texto, Borges privado o Borges público?
10.Escribe una frase que explica lo que piensas de Borges después de leer "Borges y yo". Discute esta frase con tus compañeros de clase.
11.¿Quién es el verdadero narrador de "Borges y yo"? ¿Por qué dices eso?
12.Borges menciona frecuentemente la literatura en este "autorretrato". ¿Con quién está relacionando la literatura, con "Borges", con "yo", o con los dos? ¿Qué frases lo indican?
13."…todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre". Esta frase significa que esencialmente todo ser se queda con una identidad fija y concreta. ¿Estás de acuerdo, o puede cambiarse la gente?
14.¿Crees que la gente famosa tiene dos personalidades, una en público y una en privado?
15.¿Te comportas de forma diferente cuando estás con tus amigos y cuando estás con gente desconocida? ¿Qué diferencias notas en tu comportamiento?
16.¿Te gustaría ser famoso/a un día? ¿Crees que tu vida sería muy diferente? Argumenta
17.Qué significado tiene el título del texto, con respecto a su contenido.
18.¿Qué clase de narración es: política, fantástica, de misterio, realista, costumbrista, humorística, satírica?
19.Uso del vocabulario sencillo o rebuscado. Saca ejemplos del texto, mínimo 8.
20.Saca 15 palabras de la lectura y ponga al frente su respectivo sinónimo y antónimo.
21.Valoración personal acerca del tema (10 renglones).
22.Saca un glosario con 15 palabras claves.
23.Cambia el final de la historia sin perder la trama.
24.Realiza una caratula para este texto ( hojas de block o Power Point)
Poema "El Cuervo" ( Edgar Allan Poe)
Actividad
1- Saca mínimo 20 palabras desconocidas o poco usadas y copialas con su respectivo significado en el cuaderno.
2- Consulta y copia la biografía de Edgar Allan Poe ( en el cuaderno)
3- Apreciación persona apoyado con una cita textual.
4- Resumen del cuento.
5- ¿Quién es Leonora y que pasa con ella?
6- ¿Qué siente el personaje al respecto? justifica tu respuesta con citas.
7- Qué quiere decir el cuervo cada vez que dice “nunca más”, explica cada una de las ocasiones.
Copia en el cuaderno las pautas para la elaboración de un informe de lectura.
EL INFORME DE LECTURA
El informe de lectura es un texto escrito en prosa que tiene como propósito fundamental suministrar a un lector una determinada información sobre otro texto escrito.
De acuerdo con los objetivos que se pretendan alcanzar y el grado de exigencia, un informe de lectura puede exponer, describir, explicar, analizar, interpretar o argumentar. En los cuatro primeros casos, predomina en el informe la estructura enunciativa; en los dos últimos, predomina la estructura argumentativa.
El informe de lectura es una modalidad de trabajo académico que, practicado con seriedad y aplicación, le permite a un estudiante ampliar sus conocimientos, recoger información, estructurar su pensamiento, forjarse un criterio propio y, adicionalmente, prepararse para abordar otras formas de escritura más complejas, como la monografía, la tesis y el ensayo.
PAUTAS
Aunque no existen unos parámetros obligatorios ni fijos para estructurar un informe de lectura, se sugieren las siguientes pautas:
Lo que sigue es una guía para realizar un informe de lectura
1 - Referencia bibliográfica:
¿Quién es el autor del texto? ¿Cuál es el título del Texto? ¿Dónde y cuándo se publicó?
2 - Cuerpo del informe:
a. Presentación del autor y del Texto.
¿Cuál es el texto que va a presentar? ¿Quién lo escribió? ¿Qué tema trata en esta oportunidad? ¿En qué lugar y en qué momento escribió el texto: qué pasaba en el contexto geográfico local e internacional?
b. Descripción del Texto
¿A qué género pertenece el texto: es un artículo de opinión, un ensayo, un artículo de investigación, un informe? ¿A qué ámbito corresponde: circula en un medio masivo, académico, literario, científico? ¿Cuál es la finalidad social del Texto: qué problemas intenta resolver? ¿Desde qué mirada/marco teórico lo hace: analiza el tema en términos filosóficos, jurídicos, psicológicos, etc.? ¿Por qué: en qué términos analiza el problema? ¿A qué campo intenta contribuir: aporta conocimientos sobre política, sociología, cultura, comunicación, literatura, etc.?
c. Punto de vista del lector sobre la propuesta del Texto.
¿Cuál es el punto de vista sobre la propuesta del autor del Texto: es una visión realista, idealista, novedosa, poco convincente?
d. Desarrollo del contenido del Texto.
Si el Texto es un texto argumentativo, ¿Cuál es la hipótesis que presenta sobre el tema? ¿Cómo hace el autor para convencernos de su hipótesis? ¿Define? ¿Describe? ¿Qué anécdotas cuenta? ¿A quienes cita, qué cita? ¿Qué ejemplos presenta? Desarrollar y explicar.
e. Ideología del Texto.
¿Cómo ve el mundo el autor y qué valores parece defender en este texto (ideología)? ¿Con qué discursos de qué autores puede relacionarse este texto?
f. Argumentación personal sobre el Texto.
Desarrolle sus argumentos. ¿Está de acuerdo con la visión del mundo que presenta el autor, con los valores que defiende, las creencias que rechaza?
g. Conclusión.
En resumen, cuáles son las ideas más importantes que destacaría del autor y de su opinión personal.
¿Cómo se analiza un texto narrativo?
TEORÍA DE LA NARRATOLOGÍA
1. Narra la historia del cuento. Especifica el conflicto o problema de la trama.
2. ¿Qué tipos de oposiciones ocurren en la historia o cuento? y explica porqué.
a. psicológicas
b. ideológicas (poder, marginalidad, bien individual o colectivo, conformistas e inconformes, opresores y oprimidos, etc.)
c. diversas (color o raza, bien/mal, bueno/aburrido y malo/emocionante, edades, modos de vida, etc.)
3. ¿Se cuenta una historia dentro de otra historia? ¿Se cuenta una historia dentro de una fabula? ¿Cuál o cuáles historias se intercalan? ¿Qué relación existe entre la historia primordial y la intercalada?
4. ¿Se incluyen textos no narrativos como diálogos, cartas, canciones, monólogos interiores o exteriores, etc.?
PUNTO DE VISTA NARRATIVO:
1. ¿Quién es el narrador de la historia? ¿Es uno o múltiple el narrador? ¿En qué orden narra los hechos? ¿Desde dónde los narra? ¿A quién le narra (a otro personaje o a un lector implícito)?
2. ¿Qué mensaje percibes a través del discurso del narrador?
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES:
1. Menciona los personajes y explica cuáles son principales y cuáles, secundarios.
2. Describe a los personajes en cuanto a: su físico, edades, cualidades destacadas en la narración, la función que realizan en la trama.
3. Los personajes se clasifican como:
a. Dadores: apoyan al sujeto o permiten se le provea al sujeto la persona lo que desea. (Puede haber uno o más dadores).
b. Oponente- se enfrenta al sujeto en algunos momentos-durante la búsqueda del objeto.
ATMÓSFERA:
1. El tiempo ¿Cuánto dura la historia (cronológica-ordenada)? Toma en cuenta desde que ocurre un cambio hasta que se resuelve? ¿El tiempo es eterno, circular, lineal o regresivo?
2. El lugar donde ocurre la acción.
LENGUAJE:
¿Cómo describes el lenguaje utilizado en el texto?
TEMAS: (Arguméntalos)
1. Temas principales
2. Temas secundarios
3. Valoración personal de la obra, tus interpretaciones con citas del texto.
REALIZACIÓN DEL RESUMEN DE LA OBRA
NO ESCRIBAS COMO HABLAS.
EL LENGUAJE INVESTIGATIVO DEBE SERFORMAL, ELEGANTE Y FLUIDO. SACA TU MEJOR LEXICO, OBSERVA LA PRECISION, PERO EVITA TODA TENDENCIA A LO CONFUSO OEXECESIVAMENTE ORNAMENTADO.
(Busca en el diccionario todos los términos que no comprendas de esta manera ampliarás tu léxico).
Lea el siguiente cuento y aplica la teoría de la narratología (en el cuaderno), además invéntate otro final para la historia. Representa este cuento con tu final en Power Point, 10 diapositivas.
PINOCHO EL ASTUTO
Había una vez Pinocho. Pero no el del libro de Pinocho, otro. También era de madera, pero no era lo mismo. No le había hecho Gepeto, se hizo él solo.
También él decía mentiras, como el famoso muñeco, y cada vez que las decía se le alargaba la nariz a ojos vista, pero era otro Pinocho: tanto es así que cuando la nariz le crecía, en vez de asustarse, llorar, pedir ayuda al Hada, etcétera, cogía un cuchillo, o sierra, y se cortaba un buen trozo de nariz. Era de madera ¿no? así que no podía sentir dolor.
Y como decía muchas mentiras y aún más, en poco tiempo se encontró con la casa llena de pedazos de madera.
—Qué bien —dijo—, con toda esta madera vieja me hago muebles, me los hago y ahorro el gasto del carpintero.
Hábil desde luego lo era. Trabajando se hizo la cama, la mesa, el armario, las sillas, los estantes para los libros, un banco. Cuando estaba haciendo un soporte para colocar encima la televisión se quedó sin madera.
—Ya sé —dijo—, tengo que decir una mentira.
Corrió afuera y buscó a su hombre, venía trotando por la acera, un hombrecillo del campo, de esos que siempre llegan con retraso a coger el tren.
—Buenos días. ¿Sabe que tiene usted mucha suerte?
—¿Yo? ¿Por qué?
¡¿Todavía no se ha enterado?! Ha ganado, cien millones a la lotería, lo ha dicho la radio hace cinco minutos.
—¡No es posible!
—¡Cómo que no es posible...! Perdone ¿usted cómo se llama?
—Roberto Bislunghi.
—¿Lo ve? La radio ha dado su nombre, Roberto Bislunghi. ¿Y en qué trabaja?
—Vendo embutidos, cuadernos y bombillas en San Giorgio de Arriba.
—Entonces no cabe duda: es usted el ganador. Cien millones. Le felicito efusivamente...
—Gracias, gracias...
El señor Bislunghi no sabía si creérselo o no creérselo, pero estaba emocionadísimo y tuvo que entrar a un bar a beber un vaso de agua. Sólo después de haber bebido se acordó de que nunca había comprado billetes de lotería, así que tenía que tratarse de una equivocación. Pero ya Pinocho había vuelto a casa contento. La mentira le había alargado la nariz en la medida justa para hacer la última pata del soporte. Serró, clavó, cepilló ¡y terminado! Un soporte así, de comprarlo y pagarlo, habría costado sus buenas veinte mil liras. Un buen ahorro.
Cuando terminó de arreglar la casa, decidió dedicarse al comercio.
—Venderé madera y me haré rico.
Y, en efecto, era tan rápido para decir mentiras que en poco tiempo era dueño de un gran almacén con cien obreros trabajando y doce contables haciendo las cuentas. Se compró cuatro automóviles y dos autovías. Los autovías no le servían para ir de paseo sino para transportar la madera. La enviaba incluso al extranjero, a Francia y a Burlandia.
Y mentira va y mentira viene, la nariz no se cansaba de crecer. Pinocho, cada vez se hacía más rico. En su almacén ya trabajaban tres mil quinientos obreros y cuatrocientos veinte contables haciendo las cuentas.
Pero a fuerza de decir mentiras se le agotaba la fantasía, Para encontrar una nueva tenía que irse por ahí a escuchar las mentiras de los demás y copiarlas: las de los grandes y las de los chicos. Pero eran mentiras de poca monta y sólo hacían crecer la nariz unos cuantos centímetros de cada vez.
Entonces Pinocho se decidió a contratar a un «sugeridor» por un tanto al mes. El «sugeridor» pasaba ocho horas al día en su oficina pensando mentiras y escribiéndolas en hojas que luego entregaba al jefe:
—Diga que usted ha construido la cúpula de San Pedro.
—Diga que la ciudad de Forlimpopoli tiene ruedas y puede pasearse por el campo.
—Diga que ha ido al Polo Norte, ha hecho un agujero y ha salido en el Polo Sur.
El «sugeridor» ganaba bastante dinero, pero por la noche, a fuerza de inventar mentiras, le daba dolor de cabeza.
—Diga que el Monte Blanco es su tío.
—Que los elefantes no duermen ni tumbados ni de pie, sino apoyados sobre la trompa.
—Que el río Po está cansado de lanzarse al Adriático y quiere arrojarse al Océano Indico.
Pinocho, ahora que era rico y super rico, ya no se serraba solo la nariz: se lo hacían dos obreros especializados, con guantes blancos y con una sierra de oro. El patrón pagaba dos veces a estos obreros: una por el trabajo que hacían y otra para que no dijeran nada. De vez en cuando, cuando la jornada había sido especialmente fructífera, también les invitaba a un vaso de agua mineral.
Primer final
Pinocho cada día enriquecía más. Pero no creáis que era avaro. Por ejemplo, al «sugeridor» le hacía algunos regalitos: una pastilla de menta, una barrita de regaliz, un sello del Senegal...
En el pueblo se sentían muy orgullosos de él. Querían hacerle alcalde a toda costa, pero Pinocho no aceptó porque no le apetecía asumir una responsabilidad tan grande.
—Pero puede usted hacer mucho por el pueblo —le decían.
—Lo haré, lo haré lo mismo. Regalaré un hospicio a condición de que lleve mi nombre. Regalaré un banquito para los jardines públicos, para que puedan sentarse los trabajadores viejos cuando están cansados.
—¡Viva Pinocho! ¡Viva Pinocho!
Estaban tan contentos que decidieron hacerle un monumento. Y se lo hicieron, de mármol, en la plaza mayor. Representaba a un Pinocho de tres metros de alto dando una moneda a un huerfanito de noventa y cinco centímetros de altura. La banda tocaba. Incluso hubo fuegos artificiales. Fue una fiesta memorable.
Segundo final
Pinocho se enriquecía más cada día, y cuanto más se enriquecía más avaro se hacía. El «sugeridor», que se cansaba inventando nuevas mentiras, hacía algún tiempo que le pedía un aumento de sueldo. Pero él siempre encontraba una excusa para negárselo:
—Usted en seguida habla de aumentos, claro. Pero ayer me ha colado una mentira de tres al cuarto; la nariz sólo se me ha alargado doce milímetros. Y doce milímetros de madera no dan ni para un mondadientes.
—Tengo familia —decía el «sugeridor»—, ha subido el precio de las patatas.
—Pero ha bajado el precio de los bollos, ¿por qué no compra bollos en vez de patatas?
La cosa terminó en que el «sugeridor» empezó a odiar a su patrón. Y con el odio nació en él un deseo de venganza.
—Vas a saber quién soy —farfullaba entre dientes, mientras garabateaba de mala gana las cuartillas cotidianas.
Y así fue como, casi sin darse cuenta, escribió en una de esas hojas: «EI autor de las aventuras de Pinocho es Carlo Collodi».
La cuartilla terminó entre las de las mentiras. Pinocho, que en su vida había leído un libro, pensó que era una mentira más y la registró en la cabeza para soltársela al primero que llegara.
Así fue como por primera vez en su vida, y por pura ignorancia, dijo la verdad. Y nada más decirla, toda la leña producida por sus mentiras se convirtió en polvo y serrín y todas sus riquezas se volatizaron como si se las hubiera llevado el viento, y Pinocho se encontró pobre, en su vieja casa sin muebles, sin ni siquiera un pañuelo para enjugarse las lágrimas.
Tercer final
Pinocho se enriquecía más cada día y sin duda se habría convertido en el hombre más rico del mundo si no hubiera sido porque cayó por allí un hombrecillo que se las sabía todas; no sólo eso, se las sabía todas y sabía que todas las riquezas de Pinocho se habrían desvanecido como el humo el día en que se viera obligado a decir la verdad.
—Señor Pinocho, esto y lo otro: ponga cuidado en no decir nunca la más mínima verdad, ni por equivocación, si no se acabó lo que se daba. ¿Comprendido? Bien, bien. A propósito, ¿es suyo aquel chalet?
—No —dijo Pinocho de mala gana para evitar decir la verdad.
—Estupendo, entonces me lo quedo yo.
Con ese sistema el hombrecillo se quedó los automóviles, los autovías, el televisor, la sierra de oro. Pinocho estaba cada vez más rabioso pero antes se habría dejado cortar la lengua que decir la verdad.
—A propósito —dijo por último el hombrecillo— ¿es suya la nariz?
Pinocho estalló:
—¡Claro que es mía! ¡Y usted no podrá quitármela! ¡La nariz es mía y ay del que la toque!
—Eso es verdad —sonrió el hombrecito.
Y en ese momento toda la madera de Pinocho se convirtió en serrín, sus riquezas se transformaron en polvo, llegó un vendaval que se llevó todo, incluso al hombrecillo misterioso, y Pinocho se quedó solo y pobre, sin ni siquiera un caramelo para la tos que llevarse a la boca.